Un nuevo día, 25 de febrero de 2.010, una mañana gris consume el tiempo, de repente, unas suaves lagrimas comienzan a caer del cielo, son las 12.10 de la mañana, el cielo te llora definitivamente.
Una llamada, confirma nuestra pena, Antonio Marín ha muerto; que duro enlazar estas palabras después de tantos años conociéndote y admirándote; tanto, que apenas veo para escribir estas líneas con la humedad de mis ojos; pero descansa en paz hermano, porque te llevas al cielo el recuerdo de una gran familia, la que tu formaste durante estos 30 años y de la que fuiste un segundo padre, junto a los tuyos, para las más de 500 personas que a lo largo de estos años han formado la Agrupación Musical Stmo. Cristo de La Expiración.
Hago mías las palabras de todos y cada uno de nuestros hermanos, para agradecerte de corazón el trabajo que durante tantos años has realizado por TU banda, la banda del Cristo como a todos nos gustaba que nos llamasen, banda que has conseguido situar con muchísimo esfuerzo y sacrificio entre las mejores formaciones musicales de Andalucía, y todo gracias a Tí.
Él, te ha llamado, y Tú, como buen católico y persona dejas este mundo para atenderle, no te preocupes por todo lo bueno que dejas atrás, tu mujer, tus padres, tus hermanos, tu familia, tus amigos, tu banda,… a todos nos enseñaste a luchar y a sobrevivir, a pelear y a conseguir, a respetar y admirar, a sonreír y a llorar,…
Antonio, gracias por haberme hecho sentir la Semana Santa.
“… Que los sones de nuestras trompetas invadan las calles, la suave brisa de la primavera los bañe de azahar y los impulse al cielo, para los que algún día disfrutaron de nuestras oraciones musicales, también hoy lo sigan haciendo…”
Descansa en Paz “Director”